Rayton-Fissore Magnum o Laforza: el Range Rover italiano de muchos nombres
Estamos tan acostumbrados a ver SUVs de lujo en la actualidad, fruto de una oferta amplísima en el mercado, que hemos olvidado una época en la que el Range Rover (puede que más todoterreno que SUV), monopolizaba un segmento desierto.
Sin embargo, bien sabemos que la industria del motor no es muy dada a los monopolios naturales y estos suelen tocar a su fin, tarde o temprano. Era precisamente uno de los aspirantes a terminar con el reinado del Range Rover el protagonista de la historia de hoy: el Rayton-Fissore Magnum.
A pesar de su nombre de revólver americano de gran potencia, el Magnum nació y creció en Italia. Bajo las alas de Rayton-Fissore, una pequeña sociedad empresarial dedicada a la producción automovilística, este precursor y abuelo de nuestros SUVs se puso en marcha. En su caso no partía de plataformas derivadas de ningún turismo, sino de algo más rudo y tosco; un IVECO 90VM que no era otra cosa más que un vehículo militar multipropósito.
Valiéndose de esta plataforma y de parte de sus elementos, el Magnum adoptaba una estructura peculiar denominada “UNIVIS” que lo hacía considerablemente más rígido y resistente (demás particularidades técnicas aparte).
Pero lo fascinante de este coche y lo que captó todas las miradas en aquel Salón de Ginebra de 1985 fueron dos cosas; el traje a medida de Tom Tjaarda y su suntuoso interior. Del hombre que trazó las líneas de coches como el DeTomaso Pantera poco más se puede decir y el Rayton-Fissore Magnum viste un alegato a la robustez creado de forma honesta. Aunque tenga un aire de Fiat Punto culturista y comparta piezas de aquel grupo -donde no quisieron el proyecto-, pensad en su impacto hace casi 40 años.
Con respecto al interior, el lujo rodeaba todo en una aproximación italiana a la opulencia que dista de ser perfecta y donde conviven fuertes contrastes. La madera y el cuero eran la cara amable entre plásticos de sospechosa factura, al estilo de lo que supuso el Lamborghini LM002; si bien aquel era el sueño húmedo de algún dictadorzuelo y el Magnum infinitamente más “terrenal”.
En sus tripas, este aparato en su etapa Rayton-Fissore alojó a demasiados pretendientes. Asociados a cajas manuales o automáticas, con todo el aparataje todoterrenoide disponible (reductora, bloqueos de diferenciales…), convivieron motores turbodiésel de la propia Iveco, de Sofim (otra joint venture italiana entre varias marcas del sector), de Alfa Romeo e incluso de BMW en algún prototipo. ¿Tú cómo habrías elegido tu Magnum? ¿Con un seis en línea de 3.5 litros de BMW o con el eterno y afamado 2.5 V6 Busso de Alfa del que solo hay 120 unidades? Esta cuestión ha dividido a la redacción de Sexta Marcha…
Paralelamente a la “buena” marcha de Rayton-Fissore, los Magnum continuaban su periplo al otro lado del charco bajo el nombre de Laforza y con mucho más gancho en nuestra opinión. Para cumplir con los estándares de USA, se abandonaban los motorcillos europeos y las clásicas cajas manuales en favor de unos powertrains acordes a los gustos del mercado. Así las cosas, el Laforza Magnum equipaba solo cajas automáticas de cuatro relaciones y como su gemelo europeo, se comercializó con varios motores.
Idas y venidas y crisis varias con cambios de propiedad mediante, Laforza fue recurriendo a los corazones más puramente americanos; primero con V8s de Ford Mustang de 5 litros (incluso con compresor) de hasta 320 CV y en sus últimos estertores, a un 6.0 small block de Chevrolet con hasta 455 CV en su versión más potente, el Magnum Edition.
Quizás esta filosofía de verdadero SUV de lujo encajase mejor en Estados Unidos y por eso su ciclo de vida no terminó de manera tan súbita como en Europa (1993). Aun así, el Magnum nunca gozó de tiradas muy grandes y se fabricaron en torno a unas 6000 unidades, de las cuales solo 1200 eran Laforza. En 2003 los últimos Laforza fueron entregados, dejando tras de sí una herencia palpable hasta nuestros días.
A pesar de sus bajísimos números de producción y de su legado tan presente hoy día, los Magnum cambian de manos por precios dispares, pero nunca elevados, pudiendo encontrar unidades desde apenas 8000€. Puestos a gastar el dinero, nos parece una manera maravillosa de generarte preocupaciones innecesarias made in Italy. Incluso mejora el panorama si traes un Laforza por un precio similar y te peleas con una importación casi imposible en nuestro país.
Mientras, os dejamos con este Magnum VIP (V6 Busso), a la venta en Portugal: pincha aquí.