Los noventa trajeron consigo una ingente cantidad de superdeportivos que marcaron una era dorada en la automoción, nunca vista hasta la fecha. Uno de los más emblemáticos fue el Bugatti EB110, que se codeó con los Mclaren F1, los Ferrari F50 y los Jaguar XJ220 que se posicionaban en la cúspide de su categoría.
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El Bugatti EB110 fue el coche que hizo renacer Bugatti tras décadas a la sombra, de la mano de Romano Artioli, que se tomó el proyecto como un serio desafío al mismo tiempo que un sueño hecho realidad. Para ello, juntó a varios artistas del sector, entre los que estaba Nicola Materazzi, el ingeniero jefe del Ferrari F40, que ayudó a crear el chasis en fibra de carbono, un material que se volvió esencial en superdeportivos modernos.
Su carrocería fue diseñada por un maestro en su campo, Marcello Gandini, que también diseño coches como el Maserati Shamal, Lamborghini Diablo, Cizeta Moroder V16T, Alfa Romeo Montreal y el Lamborghini Countach, entre otros. En esta ocasión ayudaría a Artioli a crear el superdeportivo italo-francés desde cero.
Acompañando a una escultura tan exótica, encontrábamos un motor que se podría catalogar con las mismas palabras. En posición central trasera se sentaba un motor V12 de 3.5 litros de cilindrada con cuatro turbos, derivando más de 550 CV a las cuatro ruedas a través de una caja de cambios manual de seis velocidades.
Desde aquí, el uso de cuatro turbos se volvió una firma de la casa.
¿Por qué se llama Bugatti EB110?
El origen del nombre del Bugatti EB110 es más sencillo de lo que puede parecer. EB110 es un homenaje al 110 aniversario de Ettore Bugatti, el hombre que fundó la marca francesa en 1909. El coche se presentó un 15 de Septiembre de 1991, exactamente 110 años después del nacimiento de Ettore.
Este prototipo del EB110 GT, subastado.
La unidad que nos presentó RM Sotheby’s para la subasta de Amelia Island el fin de semana pasado, es la unidad con el número de chasis 39012, un prototipo fabricado en Diciembre de 1992, con un chasis de fibra de carbono y salido de producción con un exterior verde oscuro metalizado e interior gris, y que sería mostrado en diferentes eventos de importancia como el Bologna Motor Show de 1992.
Sin embargo, dos años después, esta misma unidad volvería a pasar por la fábrica para ser repintado en Bugatti Blue, el color más característico del EB110.
Cuando Bugatti Automobili SpA se volvió insolvente, los bienes de la compañía pasaron a manos externas, incluyendo varios coches, y este en particular fue registrado en Italia, para después pasar por Suiza, y finalmente, llegó a manos de un coleccionista privado en el año 2000.
Esta pieza de historia tan importante de la marca finalmente se vendió el 5 de Marzo por nada menos que $2,100,000.
