Desde la generación 996 del 911, hemos visto como una nueva versión especial se introducía en el modelo: El 911 GT3. Ese coche que buscaba llevar las sensaciones más allá de lo que ya lo hacía el Carrera normal, para esos puristas algo más radicales que buscaban esa conducción deportiva no solo en carreteras secundarias, sino también en circuitos.
Esta versión más radical no solo se dejaba notar cuando te ponías a los mandos, sino también si lo veías desde fuera: Su kit de carrocería junto con su gran alerón, eran dos de las cosas que dejaban intuir que no se trataba de tu 911 habitual.
Casi 20 años después, en 2017, Porsche presentaba el primer GT3 Touring, y hoy sigue la estela de su predecesor con la inclusión de este modelo tan especial en la nueva generación 992.
Pero, ¿Qué es exactamente el GT3 Touring?
El Porsche 911 GT3 Touring es la variante favorita para el entusiasta discreto, al que no le gusta llamar la atención con estética agresiva, enormes alerones o colores chillones, es para quien busca pasar por debajo del radar sin perder las prestaciones que tiene un modelo como el GT3.
Como decíamos antes, la diferencia más evidente es la ausencia del alerón fijo, que en su lugar lo ocupa un alerón desplegable que, desde luego, es mucho menos cantoso, aunque también dispone de un interior mucho menos sacrificado, buscando un corte clásico y sutil, con el cuero negro como principal protagonista.
Sutil por fuera, bravo por dentro
Lo especial de este 911 GT3 Touring, es que en el aspecto mecánico no cambia respecto al GT3 normal, por lo que goza –sí, goza- del mismo motor de seis cilindros en posición bóxer de 4.0 litros de cilindrada, derivado directamente del 911 GT3 R de carreras, por lo que esa esencia de Motorsport está presente en todo momento, desarrollando 510 CV a las ruedas traseras, permitiéndote estirar las marchas, con una caja manual o PDK, hasta las 9.000 rpm.
A pesar de esta sutil estética, el 911 GT3 Touring es todo un superdeportivo de altas prestaciones: Un peso en báscula de 1.418 kg al igual que la generación anterior, elementos que nos dice que no estamos en un 911 Carrera normal, como un capó de plástico reforzado con fibra de carbono, ventanillas de cristal ligero, llantas de aleación forjada y un sistema de escape muy ligero, que además produce una sinfonía que es todo un disfrute para los oídos.
En definitiva, nos encontramos con una genética de competición vestida con un elegante traje de noche hecho de seda que se convierte en estrella de rock en cuanto el acelerador toca el metal. Todo esto por el módico (o no tan módico) precio de 196.081 euros.
