Después de pequeñas filtraciones, rumores y unas fotos espía que causaron revuelo por los cambios de su diseño, ya conocemos de manera oficial al nuevo BMW M2. El tope de gama de la nueva Serie 2, confeccionado con mimo por la división M, promete ser una revolución con el mismo sabor de siempre. Pero, ¿es esto realmente así? Veamos…
El nuevo BMW M2, que llegará en abril de 2023, es una vuelta más de tuerca a un concepto tan emocionante como maravillosamente anticuado; el esquema ganador del propulsor de seis cilindros en línea enviando su potencia al eje trasero. Una receta que nos sigue dando alegrías mientras pueda seguir estirándose (a saber hasta cuándo) y que hoy nos regala esta nueva entrega en forma de coupé compacto.
Sin electrificación y sin demasiado artificio, el M2 busca continuar la senda que iniciase en su día la generación anterior, rellenando el hueco emocional de los primeros M3 una vez que el propio M3 creció demasiado. Un coche de conductor, con cambio manual de seis marchas “de los de toda la vida” en opción y con ese straight-six llevado a más de 400 CV.
En total, 460 CV a 6250 revoluciones y 550 Nm de par de 2650 a 5870 vueltas. Suficiente para batir el 0-100 en 4.1 segundos con la caja automática Steptronic de convertidor de par de ocho relaciones o en 4.3 en la versión manual. Aun más impresionante es un 0-200 por debajo de los 15 segundos que demuestra la rabia con la que gira el 3.0 biturbo más allá de velocidades legales. Y que te seguirá empujando hasta los 250 km/h -o 285 si eliges el M Driver Package-.
Siguiendo con el apartado técnico, tenemos suspensión M adaptativa en configuración típica BMW, con columnas McPherson delante y suspensión independiente en el eje trasero; frenos M con pinzas de seis pistones delante; diferencial activo M con posibilidad de bloqueo al 100%.., y toda la brujería electrónica que permite mantener a raya los más de 1700 kilogramos de este “compacto” (CBC, DBC, MDM, ASC y demás siglas).
Un peso que parece notarse hasta en el aspecto estético, creciendo hasta los 4'58 metros de longitud, casi 1'89m de anchura y 1'40 de alto. Una nueva estética que conserva pocos rasgos del Serie 2 del que deriva, salvo esa vista lateral que nos retrotrae al Serie 3 E30, puesto que gana músculo por doquier e introduce angulaciones pronunciadas en difusor y frontal. Siendo un aspecto enormemente subjetivo y a pesar de las críticas recibidas, en Sexta Marcha esperaremos a verlo en persona, de la misma forma que así nos convenciera el propio Serie 2.
En el interior, adopta el cambio de generación de BMW en cuanto a disposición de mandos, uso de pantallas digitales e infotainment; inevitable pero vistoso. Un habitáculo presidido por los espectaculares buckets en carbono ya vistos en M3 y M4 y salpicado por infinidad de molduras en este mismo material, propio del M Race Track Package.
Un conjunto de elementos en todos los apartados inimaginables que pretenden da un resultado mayor que la suma de sus partes en este nuevo BMW M2, rematado con un diseño no apto para todo el mundo y que nos sitúa en una nueva era para la marca (¿os acordáis de las críticas de la era Bangle y cómo los vemos ahora?). Una conexión irremediable con el futuro pero sin abandonar los propulsores que nos erizan el vello, la vacuidad y lentitud de una caja manual y la simpleza de un solo eje motriz.
Ahora solo nos falta comprobar si este M2 cumple lo que promete y es un deportivo de raza. De momento, en la redacción de Sexta Marcha ya estamos soñando con ese M Drift Analyzer y en engranar marchas usando tres pedales.
