Ha sido necesaria una larga espera, aderezada con multitud de fotos y vídeos del coche camuflado, de renders y de elucubraciones varias, pero ya está con nosotros el nuevo Porsche 911 GT3 RS.
Más de un año después del lanzamiento de la última generación del GT3, los chicos de Porsche han trabajado a destajo para traernos a su primo mayor, el RS. Ni el de Zumosol se atrevió a tanto.
Este nuevo lanzamiento de la división GT, encabezada por el gurú Andreas Preuninger, promete mucho y para muestra un botón. Basta ver las imágenes para darse cuenta del tremendo aparato que es este GT3 RS y que quizás no diste mucho de un verdadero coche de carreras con matrícula y algún airbag.
Desquitándose de toda sutileza y abrazando el arte del viento, ¿es realmente este coche tan extremo como parece? Veamos si la forma sigue a la función.
Para empezar, el motor bóxer de 4 litros atmosférico es el mismo que el de un GT3 R de carreras. Así, supone un extra de 15 CV respecto al GT3 “normal” (525 CV ahora) y un giro más rabioso. Para la división GT, esto ya es una potencia más que adecuada y suficientemente domesticable como para extraer lo mejor de un motor así (y si ellos lo dicen no vamos a llevarles la contraria). Situado como siempre por detrás del eje trasero, transmite la potencia a través de un cambio PDK de siete velocidades con relaciones más cortas. El resultado es un 0-100 en 3,2 segundos y una punta de “solo” 296 km/h, algo que ya hace intuir su carácter de coche de carreras.
A mayor rendimiento potencial, mayor refrigeración necesaria y en esto tampoco han escatimado. Heredado también del mundo de la competición, el GT3 RS adopta un radiador delantero central ya visto en el extremo 911 RSR que elimina el “frunk” (el espacio de carga bajo el capó), pero permite una mayor eficiencia a la hora de refrigerar el propulsor. Esta maniobra es más inteligente de lo que parece y tiene doble propósito porque, además, libera de espacio los laterales para un mejor tratamiento del aire que circula a través de ellos.
Porque aquí, como en la competición, la ligereza y la aerodinámica son los pilares fundamentales -y salta a la vista-. Para lo primero, la receta básica de eliminar material superfluo en cualquier parte y añadir carbono (algo acentuado si se elige el paquete Weissach); para lo segundo, una interminable lista de apéndices, conductos, cortes y aberturas fruto de cientos de horas en el túnel de viento.
Así, el nuevo GT3 RS es capaz de parar la báscula cerca de los 1400 kg en orden de marcha y lo que es más impresionante: generar hasta 860 kg de carga aerodinámica por encima de 280 km/h. Ah, y con DRS incluido.
Un arsenal técnico inacabable que evidencia el esmero enfermizo por hacer de este coche una máquina de conducción definitiva y totalmente personalizable, añadiendo también la posibilidad de regular de manera electrónica hasta el rebote y la compresión de los amortiguadores o el funcionamiento del diferencial entre otros.
En definitiva, el nuevo GT3 RS es más de todo: más ancho, más bajo, más duro, más rápido, más racing… Un trabajo soberbio y encomiable de la casa de Stuttgart que parece hasta excesivo para el mundo real, pero que encuentra su razón de ser en la pista. Una razón que costará (desde) 265.404€ descubrir.
Mientras os dejamos con el propio Andreas Preuninger para que os cuente el resto de los detalles del aparato, recordad que podéis configurar el vuestro desde este enlace: configurador Porsche.