El Mercedes E Coupé es uno de esos coches que te garantizan ser el más elegante al pararte en un semáforo. Al mismo tiempo, asegurará también un nivel de confort para conductor y acompañantes como pocos. Además, tendrás el respaldo de toda una Mercedes-Benz, que otra cosa no, pero este tipo de coupés/gran turismo, los tiene muy arraigados, y consiguen productos sencillamente geniales, casi perfectos, como este E Coupé.
Concepto del E220d Coupé
El E es un coche sobradamente conocido, con un posicionamiento en el mercado muy marcado, con una trayectoria que le avala, por eso, más allá de emitir un juicio convencional sobre las innumerables bondades, pretendemos, al menos en esta primera parte, justificar por qué lo encuadramos más como gran turismo que como coupé, aunque la denominación oficial de su modelo contenga esta denominación.
Realmente, para ser un coupé debería ser un coche, en cualquiera o varias de sus motorizaciones, juguetón, travieso, algo indescifrable y, sobre todo, con un lenguaje de diseño mucho menos señorial y distinguido, sino más canalla y llamativo. Un gran turismo, un gran coupé, se precisamente con este Mercedes-Benz E Coupé. El aplomo que transmite, el aspecto de mediana edad con experiencia, la sensación de tenerlo todo bajo control, la elegancia en trazos.
Eso en el apartado visual y estético. A nivel de desempeño, un gran turismo es un coche concebido y diseñado para devorar kilómetros sin piedad, a un elevado y constante ritmo, sin renunciar a un toque de picante, y sin olvidar que la base para viajes largos es la comodidad, un elemento presente en el ADN de este coche, palpable en todos y cada uno de los detalles de equipamiento.
Confort por bandera
Enlazando con lo recién dicho, y volviendo a masticar esta misma idea, la sensación de calidad al montar y ponerse a los mandos de esta unidad es tremenda. No hay un solo descuido en ninguno de los puntos de este interior que rezuma elegancia por cada poro. Al cerrar la puerta, el aislamiento es palpable, con un sonido que sin duda demuestra que la calidad de materiales es máxima.
El volante tiene el diámetro y grosor perfectos para hacerte con el coche en cada giro de la carretera, en cada imperfección del firme. El acabado en madera es sublime, con unos ajustes milimétricos, donde no se escucha absolutamente nada, por más que se nos presenten irregularidades y obstáculos en el camino.
La envoltura de los asientos es prácticamente perfecta, con un diseño de tipo bucket que le dan un punto de deportividad muy necesario en un interior tan galano.
En esa envoltura de distinción del E Coupé, es muy destacable el juego de luces, de contrastes, de posibilidades de iluminación que se ofrecen. A un sencillo golpe de botón en nuestro potente sistema de info-entretenimiento podemos modificar las luces de ambiente, en un espectro de colores tan amplio que muchas veces cuesta decidirse.
La iluminación del panel y de los aireadores, así como de las luces de servicio bajo los asientos es realmente bueno, pues si bien es potente, no genera ninguna interferencia en la conducción. Aprovechando la referencia al sistema de info-entretenimiento, y como buen Mercedes, roza prácticamente la perfección. Es sencillo, es intuitivo, es fluido, y cuenta con todos los adelantos en términos de conectividad con los que debe contar, los consabidos Android Auto y Apple CarPlay, destacando una visualización de mapas de la app propia de navegación de Mercedes que es un auténtico atlas, mostrando incluso más información de la necesaria en ocasiones. Pero esa interfaz cuidad, esa variedad de menús y, en definitiva, ese mimo en el diseño, hacen que sea un interior realmente fabuloso.
Y no sólo es bonito y agradable a la vista, sino que además está todo situado en lugares muy prácticos. Los mandos físicos de la climatización están en su sitio, a la altura de la mano, con señales táctiles para poder manipularlo sin apartar la vista de la carretera. Y es que en ese compendio de practicidad-lujo, valga como mejor ejemplo el brindis que realiza el cinturón de seguridad para facilitar su colocación a los pasajeros de los asientos delanteros. Es uno de esos detalles que te ganan, que te hacen sentir que estás en ‘el coche’ y que si bien no tienen ninguna consecuencia directa sobre la conducción, nos facilitan la vida.
Por otro lado, pero en esta línea, no podemos dejar de destacar el Mercedes Benz User eXperience (expresado en acrónimos como MBUX), que contribuye a crear un clima de confort extremo en este vehículo. No es que funcione como debe funcionar, sino que las órdenes y peticiones pueden sonar tan naturales como la interacción con otro ser humano.
No es preciso emplear fórmulas enrevesadas para introducir en el sistema una dirección o para sugerirle que nos premie con el programa de relajación de masajes, sino que se trata de activar el sistema con el tradicional “Hola, Mercedes”, formular nuestro deseo, y si está a su alcance, dejar que la inteligencia artificial haga el resto.
Finura al volante
Como hemos venido insistiendo, la calidad al rodar es excelsa. Es un coche que se siente cómodo. No, quizás algo más que cómodo. Es sencillamente una balsa que se desliza sobre la carretera, donde apenas parece que hubiese fricción, y donde el aislamiento acústico está tan logrado, que vas completamente abstraído del mundo exterior.
Tan es así, que la sensación de velocidad no te sobreviene hasta que, por desgracia, eres consciente de que vas por encima de la velocidad máxima de la vía. Es capaz de introducirte en una cápsula de abstracción que te evade del mundanal ruido, del silbido del aire y de las inclemencias meteorológicas.
Las llantas montadas, de 19 pulgadas, con el logo AMG no son sólo un elemento que realza su esbelta figura, sino que le dotan de una estabilidad muy notable, unido a un chasis que se muestra robusto. Este esta unidad, de la clase W238, presenta un motor 220d, con 194 CV a partir de 3800 rpm, y par de 400 Nm desde bien abajo, entre 1600 y 2800 vueltas.
Monta 4 cilindros en línea, con cuatro válvulas por cilindro, y tiene un cubicaje de 2.0 litros. Pero todo esto son fríos números, incapaces de hablar de lo que transmite el Clase E, no encuentras reacciones explosivas, porque no las tiene, ni se retuerce en curvas, ni tiene unas aceleraciones de escándalo; pero porque tampoco quiere, ni pretende tener nada de esto. Es otro concepto. Es comodidad, es confort, es lujo, es distinción, es suntuosidad, es esplendidez, es bienestar. Es un coche que se revela sobrada y holgadamente preparado para generar sensaciones al conducirlo.
Realmente, todo lo anterior acerca de la tranquilidad en marcha no es incompatible con que sea divertido, a ratos, si conectas con él. Echando manos de sus modos de conducción, puedes llegar a un rendimiento del motor alto. El único “fallo” (y las comillas tienen su sentido, porque realmente no puede considerar como tal) que se le puede poner a este nivel no es otro que su sonido. No enamora escucharlo, pero no enamora si lo comparamos con el resto del conjunto.
El Biturbo funciona de maravilla, y suple todas esas pequeñas carencias. Además, lo más importante, lo que hace que pueda llamársele coupé. Es tracción trasera. Es ese punto definitivo, es la guinda del pastel, el elemento que permite que sea un coche realmente divertido, si así lo deseas e, insistimos, eres capaz de conectar con él. Los discos ventilados están perfectamente capacitados para soportar el peso del coche, y las suspensiones delanteras y traseras de paralelogramo deformable hacen que el conjunto se sienta cómodo y reactivo, primando el confort, por supuesto.
En cuanto a consumos, son realmente irrisorios para un coche de casi 200 CV, de un considerable peso (en torno a los 1.700 kilogramos) y de unas dimensiones nada discretas, llegando a los casi 5 metros de largo, situándose en 4826 mm, una anchura de 1860 mm y una altura, esta sí, inferior a lo habitual en berlinas, de 1430 mm. Marcar por debajo de 5 l/100 km en ciudad no es difícil, lo que nos da una idea de lo económico que pueda llegar a ser.
En cuanto a habitabilidad, ha quedado claro que la cabina del E Coupé es extremadamente cómoda, tanto para piloto como para copiloto, aunque es cierto que las traseras, al ser un 2+2, sí son más escuetas, aunque ello no impide que dos niños viajen en confortables condiciones. El maletero, de 425 kilogramos de capacidad sin asientos abatidos, garantiza la posibilidad de cargar mucho y bien, algo necesario en un coche diseñado para hacer largos viajes.
E220d Coupé: Conclusiones
Se trata de un coche que puede o no pasar inadvertido, según las intenciones que tengamos. Es casual y discreto, si así se pretende; es especial y llamativo, si es nuestra intención. Pero lo que siempre va a tener en común, al menos en versiones no AMG, es que es eminentemente elegante. Los rasgos deportivos son evidentes, pero no hacen del coche un deportivo al uso, acercándose más al apreciado concepto de gran turismo. Las calidades, los acabados y el equipamiento es sublime, de los más altos estándares, sin llegar a la opulencia y voluptuosidad de coches desmesuradamente distinguidos.
