Nuevo Porsche Cayman GT4 RS: asalto al 911
Imaginad por un momento dos empleados: uno es modélico, lleva en la empresa desde prácticamente su creación, se ha ido ganando el reconocimiento de todos por su buena labor y ha gozado de ciertos privilegios por parte de sus jefes; el otro es casi un recién llegado, con un ímpetu propio de la juventud, con ganas de comerse el mundo y con grandes capacidades.
Sin embargo, este último nunca ha tenido muchas oportunidades para demostrar su valía y es observado con cierto recelo por el primero, que ve peligrar su posición. La directiva, tras mucho debatir, opta por ofrecerle un ascenso al “nuevo”, conscientes de las implicaciones que podría acarrear en el seno de la empresa. Llegados a este punto, las consecuencias de esta acción están por determinar.
Pues bien, este dilema de los dos empleados ha sido, salvando(notablemente) las distancias, el que se lleva dando en Porsche desde la irrupción del “hermano pequeño” del 911 con motor central: el Cayman. Y por fin, en Porsche se han decidido a igualar un poco el tablero de juego para verde lo que es capaz esta plataforma. Muestren sus respetos ante el nuevo 718 Cayman GT4 RS.
Esta nueva criatura de la división GT de Porsche, comandada por Andreas Preuninger, acoge en sus entrañas el motor flat-six atmosférico de 4 litros del mismísimo 911 GT3 (992). Si esto no bastase para marcar diferencias con el GT4 de “serie” y acongojar a sus hermanos mayores, esperad que aun queda mucho por contar.
Más allá de los 500 caballos y 450 Nm de par motor, gobernados por una ultrarrápida caja automática PDK de 7 relaciones (¿¿por qué no manual en opción??), el GT4 RS se vale de toda una suerte de mejoras que lo catapultan de 0-100 en 3,4 segundos y hasta 315 km/h, capaces de parar el crono en Nürburgring en 7:04. Muy cerca del 911 GT3, quizás demasiado cerca.
Al sublime motor bóxer se le complementa con el tradicional régimen de adelgazamiento de los Porsche RS: uso masivo de plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP), menor cantidad de aislamiento, de guarnecidos, tiradores de tela en las puertas, luneta trasera de fino Gorilla glass… Porsche asegura que con esto consigue un peso de 1415 kg, 35 menos que el GT4.
Pero como no solo de pan -o de quitar pan, mejor dicho-,vive el hombre, este Cayman también sustituye las ventanillas laterales posteriores por dos tomas de aire, añade rejillas extra de ventilación en las aletas delanteras al estilo GT3 RS y se vale de una cuidada aerodinámica (difusor trasero y delantero y alerón fijo con brazos “cuello de cisne”). Todo lo que no se ve ha sido igualmente susceptible de modificarse: amortiguadores, muelles, estabilizadoras (de carbono) y escape con final en titanio. Más ágil, más directo, más puro, más racing.
Dice el propio Andreas Preuninger que su división quiere ofrecer a los clientes Rennsport, el Rennspaß (diversión Racing). Para el gurú detrás de los mejores Porsches, la conducción excede a las cifras y ciertos aspectos menos evidentes se han tratado con el mismo esmero y cuidado. Las notas de la admisión entrando a escasos centímetros de nuestros oídos, el tacto de la dirección, las estiradas del motor hasta las 9000 revoluciones.., esas cosas que todo buen aficionado sabe apreciar más allá de los tiempos por vuelta.
Pero si la innumerable lista de argumentos del GT4 RS no fuera suficiente para convencer a los más quemados, existe en opción el radical paquete Weissach con sus buckets, jaula antivuelco de titanio, aun más carbono e incluso llantas de magnesio forjado en opción.
Así es el último gran Caimán y el primero en llevar las siglas RS. Un compendio de virtudes sobre un esquema bien concebido desde su nacimiento y que ha encontrado su máxima expresión en esta variante. El sueño húmedo de muchos de nosotros y la pesadilla en casa del 911 GT3.
Bravo una vez más por Porsche que, en la antesala de la electrificación, le ha concedido a su hijo menor su último (¿?) bis. Lástima que a muchos nos sigan separando de él 163182€.