La década de los ochenta venía de la mano del Walkman, las Jordan y de la posibilidad de tener una recreativa en casa gracias a la Atari 2600. Al mismo tiempo, vino acompañada de una época de excesos donde debías de mostrar lo que tenías, y este Ferrari 512 BB Koenig Specials es un gran ejemplo.
La unidad de la que hablamos hoy nació como un Ferrari 512 BB de color plateado, adquirido y entregado a su dueño en 1978. Se trataba de un Ferrari normal y corriente hasta mediados de los años ochenta, cuando a manos del preparador Koenig, sufrió una transformación total.
A este 512 BB se le instaló el kit de carrocería completo de Koenig, cuya firma personal son las agresivas aletas ensanchadas en ambos ejes, aunque destacaba especialmente la trasera. A esto acompañaba unos paragolpes y faldones laterales mucho más pronunciados, y para finalizar, conductores NACA para ayudar en la refrigeración. Además, pasó de plateado a negro en el mismo momento.
Se podría decir que el interior comparte muy poco de la chispa propia de Koenig, o incluso de la década, con un interior muy sutil de color gris, equipado en el momento de la conversión, ya que originalmente vestía asientos de color azul.
Aunque a día de hoy ya no sea así, el nombre de este Ferrari deja entrever la cilindrada y el número de cilindros de su motor, así como algún detalle de este modelo en específico. En esta ocasión, el BB del final significa Berlinetta Bóxer, que juntando con el 512, permite deducir que el motor que equipa detrás de los asientos es un 5.0 litros de 12 cilindros en posición bóxer... ¿O no?
Pues no. La realidad es que, técnicamente, este Ferrari 512 BB no equipa un motor bóxer, sino un V12 plano de 180º, pero Ferrari siguió utilizando esa denominación.
Un Ferrari de los años setenta con un V12 en posición central mezclado con una estética ochentera llena de drama es una raza en peligro de extinción, pero… ¿Pagarías un extra por esta combinación?
El mercado dice que no. Este 512 BB Koenig Specials, tratándose de una de las 101 unidades fabricadas para el mercado británico con el volante a la derecha, se vendió por 140.000 libras (192.000 dólares) en Collecting Cars, lejos de lo que se podría pagar por una unidad totalmente original, que según narra Classic.com, tendría un precio medio de 280.000 dólares.
