La Serie 3 de BMW siempre ha sido el referente absoluto por deportividad y equilibrio dentro de las berlinas del segmento D. Es difícil pensar en una berlina para gente que le gusta conducir -ajá como el eslogan- y que no entre a jugar un Serie 3, porque ha sido una constante desde que fuera presentado allá por los años 70 (E21).
Y si la berlina ha tenido mucho que decir todas estas décadas, su variante familiar, Touring, no ha sido menos. A pesar de llegar algo más tarde, puesto que no fue lanzada hasta 1987, ya con la segunda generación del Serie 3 (E30), amplificó las cualidades “lógicas” de un coche que ya de por sí era bastante redondo.
Ha llovido mucho en BMW desde entonces y, generación tras generación, las dos carrocerías se han mantenido en la gama de producto. Así hasta llegar a la octava generación (G20) que hoy tenemos aquí (después de su restyling), en su variante híbrida enchufable 330e con tracción total xDrive.
Ahora la pregunta es, ¿realmente necesitas algo más que un BMW Serie 3 Touring?
Características
Para entender lo que pone sobre la mesa el BMW 330e xDrive Touring , conviene entender la gama de la Serie 3 y, una vez desgranada, ver qué lo hace diferente al resto de sus hermanos. Así, la actual gama del Serie 3 Touring se articula en:
- 318d: desde 49.050€*
- 320i: desde 49.650€
- 320d: desde 51.350€
- 320d xDrive: desde 53.900€
- 330i: desde 54.900€
- 320e xDrive: desde 58.900€
- 330e xdrive: desde 63.050€
- M340d xDrive: desde 80.100€
- M340i xDrive: desde 80.500€
- M3 Competition Touring: desde 124.000€
*precios actualizados a 1 de agosto de 2023
Como veis, el 330e XDrive se sitúa como la antesala de los M Performance y supone la única variante de etiqueta 0 emisiones de la gama junto con el 320e, todo ello mientras empata en prestaciones con el 330i. ¿Qué busca BMW con esto? Ofrecer un híbrido enchufable familiar con un dinamismo adecuado para el estándar de la Serie 3; una especie de 330i con la inmunidad diplomática que da esa etiqueta.
Bajo esa silueta family friendly, el 330e xDrive Touring ofrece 292CV y 420 Nm y, como ya os imagináis, la unidad que hemos probado tiene extras de M suficientes para constatarlo. Pero, ¿de dónde viene toda esa potencia?
Este sistema híbrido enchufable del BMW 330e consta de un motor de gasolina de 2 litros y cuatro cilindros con una potencia de 184 CV junto con uno eléctrico, integrado en la propia transmisión Steptronic (convertidor de par) de 8 velocidades, que aporta una potencia máxima de 113 CV.
He aquí un pequeño truco; mientras que su potencia conjunta es de 252 CV, esta puede aumentarse en 40 CV adicionales durante 10 segundos con la función XtraBoost del modo Sport (aunque también en el kickdown y en la posición manual del cambio). Así, aumenta la potencia del sistema hasta esos proclamados 292 CV.
Esa unión de ambos motores y la gestión de la caja de cambios permite al BMW 330e xDrive Touring hacer el 0-100 en 5,8 segundos y alcanzar los 230 km/h (limitado). Es precisamente su apellido xDrive el que cumple una función importante aquí, siendo capaz de mandar toda la fuerza al suelo sin ningún titubeo a través de un acoplador multidisco controlado electrónicamente. Y como el motor eléctrico no está para mover solo un eje -al contrario que en otros híbridos-, sino que está en la propia caja, el sistema es capaz de enviar el par de ambos motores indistintamente a cada eje.
Pero en esta tarea de ser un all-rounder, no basta con ser rápido, hay que ser eficiente y práctico… Y mucho más. En estas el 330e xDrive Touring homologa unos consumos de 1,8 l/100km, una medida un tanto adulterada por los kilómetros recorridos en modo 100% eléctrico en el ciclo de homologación. Sucede así porque, gracias a una batería de 12 kWh (carga bruta, 10,5 netos), el 330e xDrive puede recorrer hasta 54 kilómetros valiéndose solo de electricidad. Luego veremos la realidad de ambos consumos.
Ahora que ya sabemos los argumentos técnicos del 330e xDrive, veamos qué ofrece a sus ocupantes.
Vida a bordo
Si nunca te has sentado en un Serie 3, quizás haya varias cosas que te llamen la atención. Más allá de todos los extras M que equipa la unidad que hemos probado, hay rasgos comunes e inequívocos entre todos los hermanos de gama que, para los que hemos tenido algún Serie 3 que otro en casa, hace que todo resulte familiar.
Para el conductor, esto es la posición de mandos y asiento; no solo por lo sencillo que es encontrar una adecuada postura con todo en sus sitio, sino también por lo bajo que puedes ir sentado y con las piernas estiradas, tal y como se debe conducir cualquier coche que aspire a ser deportivo. Una sensación que refuerzan los asientos M en cuero con multitud de reglajes (opcionales) y un volante, también M (y opcional), que, aunque pueda resultar algo grueso, tiene un tacto exquisito.
Para el pasajero, sucede un poco lo mismo. Quizás no sea el coche más cómodo al que acceder si sufres los achaques de la edad, puesto que tienes que “bajarte” y no subirte a él, pero el confort una vez sentado es muy alto. En la segunda fila sigue siendo un Serie 3 y, a pesar de gozar de una de las mejores habitabilidades del segmento por su aumento de batalla, la banqueta sigue estando ligeramente inclinada. Además, el prominente túnel de transmisión hace que, plazas propiamente dichas, existan dos, dejando la del medio para eventualidades.
Siguiendo un poco más hacia atrás, nos encontramos el gran damnificado de la inclusión de la batería: el maletero. Se queda en 410 litros que, aunque correcto, está lejos de los 500 de las versiones puramente térmicas. Por el camino, el depósito de combustible también pierde, con 40 litros, más propios de un utilitario que de una berlina media. En contraposición, un Mercedes C 300 e Estate, su rival más directo, se queda en 360 litros de maletero y 50l de depósito. Puedes leer aquí nuestra prueba del Mercedes C 300 e.
¿Qué más tenemos dentro de esta nueva generación del Serie 3? Ante todo, multitud de tecnología. Tras su reciente lavado de cara, el salpicadero está dominado por dos grandes pantallas, abandonando el anterior cuadro de instrumentos por un display de 12,3 pulgadas detrás del volante y otra pantalla de 14,9 pulgadas para controlar absolutamente todo (climatización incluida). Chapó por BMW aun así, que sigue manteniendo el mando físico iDrive y varios botones de acceso rápido alrededor de la palanca del cambio, ahora reducida.
Sumémosle a la gran carga tecnológica de infotainment todos los sistemas de ayudas a la conducción, los excelentes faros LED y la gestión electrónica de ambos motores en todos sus modos (que luego veremos), y veremos que el 330e xDrive está a la vanguardia del segmento, mirando de tú a tú a Mercedes.
Comportamiento dinámico
Ver cómo se mueve este 330e xDrive es el apartado fundamental, el valor diferencial que debe mostrar para ser digno heredero de su estirpe y, de paso, dejar patente que la electrificación no consigue apagar el placer de conducir.
Muchos escépticos y cuñados pensarán que los más de 1900 kg que arroja sobre la báscula ya le apean directamente del camino a la deportividad. No podrían estar más equivocados. El trabajo que BMW ha hecho con el chasis de esta nueva generación borra cualquier atisbo de torpeza y mantiene al Serie 3 fiel a su estilo. Es cierto que desde la generación E46 se ha ido aburguesando un poco, pero se siente mucho más coche sin renunciar a un feeling entre las manos que nos resulta familiar.
Digamos que el 330e xDrive Touring juega esa baza de la versatilidad en un sentido muy amplio. Tiene modos para cada situación y, mientras que los modos ELECTRIC, HYBRID y HYBRID ECO PRO sirven para los desplazamientos cotidianos primando el consumo eléctrico, engranar los modos SPORT o XTRA BOOST cambia las cosas. Si aquellos primeros se caracterizan por su suavidad y entrega progresiva de potencia, estos segundos muestran la verdadera cara del 330e, regalando unas prestaciones y, sobre todo, unas maneras propias de un 330 con casi 300 CV.
En esta ecuación juegan también un papel fundamental todos los extras de M Performance añadidos a la unidad probada. Tanto el paquete de frenos M, las ruedas de bajo perfil con llanta en 19” o el cambio deportivo con levas en el volante, agudizan la respuesta a nuestras órdenes.
Estos extras forman parte de dos paquetes principales, M Sport (2.500€) y M Sport Pro (1.765,20€).
Así que es alejarse del mundanal tráfico urbano e interurbano -donde el 330e xDrive Touring ofrece un nivel de confort altísimo, con una pisada realmente encomiable-, para encarar una carretera revirada y darse cuenta de qué es el 330e (máxime con todos estos ingredientes extra).
Basta colocar el cambio en su posición S o M, seleccionar uno de los modos más deportivos y acceder a la totalidad de las prestaciones mientras se suceden los virajes. El 330e empuja sin esfuerzo y de una manera muy lineal gracias a la gestión de los dos motores, a la clásica manera de BMW en la que conviene mirar a menudo el velocímetro porque corre más de lo que parece. Nos acompaña en todo momento un sonido muy conseguido (y amplificado por los altavoces) que se va haciendo puntiagudo a medida que suben las revoluciones.
¿Transmite? Sí, sobre todo transmite aplomo y reactividad. La dirección, aunque eléctrica, lleva al coche exactamente donde quieres y el morro responde al instante. Y tracciona, vaya que si tracciona: la motricidad está en todas partes y es casi imposible desviar al coche de su trayectoria bajo cualquier circunstancia -salvo que hagas el cafre con todos los controles desactivados-. ¿Disimula los kilos? Como cualquier deportivo moderno, por supuesto, con mención especial a los frenos M para luego detener esa masa, que se nos antojan un extra casi obligado.
Sabemos que el 330e xDrive no será la opción predilecta de los más petrolhead pero, aun siendo “solo” el híbrido enchufable potente de la gama, es capaz de ofrecer una experiencia de conducción redonda: cero frustraciones y diversión, “engagement” al estilo Serie 3.
Conclusiones
Como anticipábamos, el 330e xDrive no se convertirá en el modelo más vendido del Serie 3 Touring. Ni la etiqueta 0 ni su electrificación será determinante para muchos posibles compradores que quizás opten por la variante deportiva asequible como el 330i o hasta un 320d xDrive si realizan muchos viajes por carretera y necesitan esa tracción total.
Para que os hagáis una idea, hemos conseguido que este 330e xDrive realizase hasta 44km en modo 100% eléctrico (sin ir arañando kilómetros) y unos consumos de combustible en ciudad, por tanto, irrisorios y hasta nulos en muchas ocasiones. En vías rápidas, donde se hace mayor uso de ese 2.0 de 184 CV, lo normal será moverse en el orden de los 6,7 - 7 litros/100km a velocidad legal. No es el adalid de los bajos consumos (para eso están los diesel), pero en ciudad, las variantes híbridas son imbatibles.
Si tus desplazamientos cotidianos son 100% urbanos y raramente superas esas distancias mencionadas, todo cobra sentido. El 330e encaja con tu día a día y te servirá prácticamente como un 320e, pero con el añadido de picante necesario para no aburrirte de él cuando te alejes de la ciudad. Además, con respecto al Mercedes C 300 e que probamos, el BMW habla más contigo, transmite cosas que el Mercedes no logra (a pesar de que este tiene un rodar más fino).
Ahora, te queda decidir si el BMW 330e xDrive copa tus expectativas respecto a lo que un familiar híbrido enchufable se refiere. Con respecto al Mercedes C 300 e Estate ganas sensaciones y maletero, a cambio de sacrificar algo de batería y de depósito. Con respecto a sus otras alternativas, como pudiera ser el Peugeot 508 PSE (más en la línea del BMW por tamaño de batería) y el Volvo V60 T6 Recharge (más como el Mercedes), tendrás que esperar a que las probemos. ¿El precio? Similar para todos, el BMW 330e xDrive Touring parte desde 63.163,90€, aunque esta unidad que veis aquí, hasta arriba de extras, se acerca peligrosamente a los 80.000€.
Para nosotros, este 330e xDrive es una perfecta definición de coche todo en uno; una muestra de que, pasan los años y las generaciones, y tampoco necesitas mucho más en tu garaje que un BMW Serie 3.
Vídeo en Youtube
Si te has quedado con ganas de profundizar o te resulta más ameno, no olvides que tienes la prueba del BMW 330e xDrive Touring en nuestro canal de Youtube:
