Hace una semana hablábamos de los inicios del Lotus Esprit. Partiendo de un diseño italiano de ángulos marcados, firmado por Giorgetto Giugiaro en 1972, el Lotus Esprit fue relativamente popular en el mercado.
A finales de los años ochenta, todo iba sobre ruedas para Lotus, pero el diseño del Esprit se estaba quedando atrás. La pronta llegada de la nueva década, el cambio de tendencias en el mercado, y el exponencial crecimiento de la importancia por la seguridad de los peatones, dejaba al Lotus Esprit a la espera de un rediseño.
Por aquel entonces, Peter Stevens cogió el mando como Jefe de Diseño, y sería el encargado de rediseñar al completo el Esprit, sin que perdiese su esencia.
Poco después, Peter Stevens diseñaría el Jaguar XJR-15 y un tal Mclaren F1. Poca cosa.
Esta reestilización se basaba, principalmente, en suavizar los ángulos de la carrocería, redondeando las marcadas aristas de su predecesor. Su principal cambio en cuanto a fabricación, fue la implementación del proceso VARI (Inyección asistida de Resina al vacío), junto con refuerzos en Kevlar en techo y laterales que aumentaba la rigidez del Esprit en un 22%.
Lotus Esprit NA (1987-1990)
El primer modelo de la era Peter Stevens sería el Esprit NA, cuyas siglas significan Naturally Aspirated, es decir, que equipaba el motor atmosférico ya utilizado en la generación anterior: Un 2.2 de cuatro cilindros, pero que mejoraba en rendimiento, desarrollando 177 CV y 221 Nm.
Con esos números, era capaz de hacer el 0 a 100 en 5.5 segundos.
Poco después de entrar en producción en 1987, Lotus presentaría la versión Turbo, con un motor de 218 CV, pero estéticamente casi idéntico al NA. Su principal diferencia además de lo obvio, era que la variante Turbo equipaba luces antiniebla, un splitter y difusor diferente, y que la parte inferior de la carrocería estaba pintada en color negro, mientras que la del NA era del mismo color.
El precio del Lotus Esprit NA era de poco más de 22.000 libras, pero solamente 290 unidades fueron producidas.
Lotus Esprit Turbo SE (1989-1993)
En 1989, Lotus presentaba el Esprit Turbo SE, una versión que equipaba un motor 2.2 “charcooled”, convirtiéndose en el primer motor de Lotus con inyección y refrigerado por agua, y al mismo tiempo, en el Lotus Esprit más potente, más rápido, y mejor vendido hasta la fecha.
Con esta motorización, el Esprit Turbo SE desarrollaba la impresionante cifra de 270 CV, un aumento muy considerable comparado con el anterior modelo, que le permitía despegar desde parado hasta los 100 km/h en menos de 4.7 segundos.
Estos increíbles números, dispararon las ventas del modelo, a pesar del considerable aumento de precio, que lo situaba más cerca que nunca del Porsche 911 más básico. Cuando se presentó en Mayo de 1989, tenía un precio de 42.500 libras, pero consiguió vender 563 unidades en ese mismo año.
Estéticamente encontrábamos un Esprit más agresivo, con un kit aerodinámico específico, techo panorámico, y un interior en piel.
Para el año 1992, Lotus presentaría lo que se conoce como el Esprit SE Highwing, una versión que obtiene cambios destacados en su interior, que ahora es mucho más amplio y más confortable, así como un alerón de tamaño considerable, que hace honor a su nombre.
Se produjeron algo más de 1.600 unidades del Esprit SE.
Lotus Esprit X180-R (1991)
En 1990, Lotus necesitaba promocionar el Esprit en el mercado americano, con el objetivo de llegar a un público que representase la ideología de la marca. Para ello, Lotus presentó un proyecto de competición, que trataba de un Esprit SE modificado, al que llamaron Type 105, para competir en las series SCCA.
Debido al éxito que estaba teniendo, a Lotus se le ocurrió presentar una réplica del coche de carreras de la SCCA, que fuese legal para circular en la calle. Ahí nacía el X180-R.
Solamente 20 unidades fueron modificadas, con su consecuente homologación. Este Esprit X180-R equipaba ventanillas de plexiglass, un alerón con mejor aerodinámica, frenada firmada por AP Racing, una geometría de suspensión mejorada y unas mejoras en la centralita del motor, que lo llevaba hasta los 285 CV, aunque un kit de mejora a posteriori lo llevaba hasta los 300 CV.
Lotus Esprit Turbo S4 (1993-1996)
Diecisiete años después del primer Esprit denominado S1, Lotus presentaba el Esprit S4, la cuarta serie del modelo, que se situaba cómodamente en la categoría de superdeportivo utilizable a diario, una categoría de las que no muchos coches de la época podían presumir.
El Esprit Turbo S4 equipaba por primera vez dirección asistida y ABS de serie, con una cabina mucho más amplia, convirtiéndolo en un coche mucho más cómodo.
Acabaría su producción con 625 unidades.
Lotus Esprit Sport 300 (1992-1995)
El Esprit Sport 300 nace tras el éxito del limitadísimo X180-R, del que solamente se produjeron 20 unidades, dejando a muchos clientes con ganas de catarlo. Para evitar eso, nacía el Esprit Sport 300, que ofrecía exactamente lo mismo que el X180-R, incluyendo jaula antivuelco, arneses de competición y un extintor, por si las moscas.
Las 64 unidades producidas del Sport 300 desarrollaban, como bien dice el nombre, 300 CV en lugar de 285 CV.
Lotus Esprit V8 (1996-2004)
En 1996 llegaría el día. El Lotus Esprit montaría el V8 que merecía a estas alturas, sustituyendo el 2.2 de cuatro cilindros. Así, el Esprit ofrecería una experiencia de superdeportivo total, que se pondría a la altura de los Ferrari de motor central de la época.
Afilado, con estilo, de perfil bajo y con una presencia apabullante, la versión V8 del Esprit sería el súmmum de la marca británica en ese momento.
El corazón que posa en posición central, es un motor V8 Twin Turbo de 3.5 litros de cilindrada que desarrollaba solamente 350 CV.
De las variantes V8, incluyendo el V8 GT y el V8 SE, se fabricaron 1.237 unidades.
Pero… ¿Por qué “solamente” 350 CV?
El bloque de 3.5 litros de origen Lotus, era una auténtica pieza de ingeniería digna de admirar. Era eficiente, ligero (menos de 220 kg), y muy compacto. Un motor de alta cilindrada, dos turbos, V8… Que solamente desarrollaba 350 CV, pero… ¿Por qué?
La razón de esta subestimada cantidad de CV se encontraba en la caja de cambios, que se menciona como el talón de Aquiles del Esprit V8. El motor era nuevo, pero la caja de cambios manual de origen Renault seguía siendo la misma que en los modelos de cuatro cilindros que, pese a ser suficiente en esta última motorización mencionada, se quedaba corta para el motor V8.
Así termina la historia de uno de los superdeportivos más infravalorados del mercado actualmente, aunque poco a poco, por su rareza, va subiendo y subiendo de precio cada año que pasa.
