Ya sabéis que en Sexta Marcha rebuscamos en lo más profundo de Internet para traer a esta sección las combinaciones más exclusivas y extrañas de vehículos que están a la venta. Normalmente, veis algún deportivo exótico en verde, morado o alguna tonalidad similar así que, de antemano, lo sentimos por esta vez.
El #JuevesSpec de hoy no trae ningún coche pintado de colores estridentes, llamativos o que pudiéramos tachar de dudoso gusto; directamente no tiene pintura. Quizás, ese sea uno de los motivos por los que está aquí y por donde podemos empezar a presentarlo.
Dentro de la subasta de RM Sotheby’s del próximo 22 de mayo en Amelia Island (Florida), encontramos varios lotes interesantes: Porsche 911 RSR 3.8, Ferrari F50, Duesenberg J, Lexus LFA y así muchos más. No obstante, nuestros ojos se han desviado irremediablemente al protagonista de hoy, un Shelby 427 S/C Cobra CSX 4600 en bronce. Y sí, habéis leído bien, la carrocería es de bronce auténtico.
Como tantas otras veces, no es un Cobra original, sino una réplica de un 427 S/C (semi-competition) interpretada de forma maestra por Kirkham Motorsports. Tal es así, que solo un puñado de estas réplicas pueden presumir de haberse ganado el honor de llevar un número de chasis CSX.
Más allá de contar con un interior fiel al original o de unas llantas clásicas estilo Halibrand, añade a la ecuación un salvaje motor V8 de 8,3 litros “427 FE” construido por Carroll Shelby Engine Company y que promete empujar tus órganos contra el asiento gracias a sus 650 caballos y 900 Nm de par, si tienes el valor de exprimir cada una de sus cinco marchas…
Pero el verdadero canto de cisne es el trabajo realizado con la carrocería; Kirkham se jacta de contar con un equipo de artesanos en Polonia que son capaces de crear obras de arte como esta, cuando el aluminio es un material demasiado común y vulgar para vestir a un coche y se decide recurrir al cobre o al bronce.
De este espectacular color que solo es capaz de aportar el bronce pulido (a mano, por cierto), son testigos de excepción las dos únicas rayas de carreras que rompen su continuidad, fruto de un cuidado cepillado sobre la misma superficie del metal. Y así amigos, es como se redondea una pieza única y manufacturada con técnica, amor y unos pocos miles de dólares.
Con un precio estimado de entre 375.000 y 450.000 dólares, no es un juguete precisamente barato, pero si sois lo suficientemente afortunados y/o locos, podéis registraros y pujar por él en la web de RM Sotheby’s. El resto de los mortales seguiremos soñando con un brutal y despiadado Cobra dorado, dispuesto a terminar con tu vida cada vez que oses buscarle las cosquillas. No se nos ocurre mejor manera de traerte este #JuevesSpec.
