De La Chapelle fue un fabricante francés independiente fundado a mediados de los años 70 por Xabier De La Chapelle, uno de los primeros directivos de Venturi, y que se especializaba en crear réplicas de vehículos clásicos, como Bugatti.
En 1988, De La Chapelle recibiría una llamada de un cliente extranjero con un pensamiento y una idea clara: Los monovolúmenes del mercado no eran lo suficiente lujosos ni prestacionales para él, por lo que le pidió un monovolumen con todos los avances tecnológicos del momento, relleno de lujo y con unas prestaciones altas. De La Chapelle aceptó la propuesta.
Unos años después, en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1992, se presentaría el proyecto al mundo entero: El De La Chapelle Parcours acababa de nacer, y dejaba atónitos a los presentes allí.
Un diseño elegante, refinado y con cierto toque agresivo del que carecían todas las MPV del mercado en ese momento, y una línea estudiada en un túnel de viento con un coeficiente de resistencia aerodinámica de 0,28.
Inicialmente se fabricarían 3 unidades, distribuidas en dos motorizaciones con bastante personalidad, prestacionales y que seguían el concepto inicial, ser el Súmmum de los monovolúmenes de lujo.
Dos de esas tres unidades se llamarían “PC8” que, como deja entrever el número, tenía un motor V8 de 5 litros de cilindrada firmado por Mercedes-Benz que desarrollaba 326 CV a los dos ejes gracias al sistema de tracción total 4Matic, también firmado Mercedes.
La otra unidad restante, llamada internamente PC12, se trataba del primer concepto, que se utilizó como coche de pruebas y equipaba un motor Jaguar V12 de 5,3 litros y 276 CV. Como curiosidad, este concepto solamente tenía dos asientos, al contrario que los otros dos que disponían de seis, y solamente se podía acceder a ellos desde el portón trasero.
Su interior, mostraba detalles propios de un vehículo de alta gama, con la piel como principal protagonista en todas las esquinas, sistemas de aire acondicionado para todas las filas y, en general, un coche que buscaba comer kilómetros en el máximo confort posible para todos los afortunados pasajeros.
A día de hoy, las dos unidades 100% funcionales se encuentran en manos de coleccionistas, presuntamente en Reino Unido y Francia respectivamente. Esta última, ha sido vista aparcada en un parking, por lo que es posible que todavía siga en circulación.