Desde la última gran crisis económica en 2008, hemos presenciado un incremento muy considerable en los precios de coches clásicos como nunca se había visto en la historia, con los coches más deseados de los años 80 como grandes abanderados de esta subida y, algunos de sus dueños, los grandes beneficiados.
Siempre se suele hablar de burbuja, sobre todo en modelos como el Porsche 911 con refrigeración por aire, cuyos precios subieron como la espuma, o el BMW M3 E30, un coche que hace una década y media podías encontrarlos por menos de 10.000 euros, o incluso la limitadísima variante Sport Evolution de la que hablamos hoy, por menos de 20.000€.
A día de hoy, un BMW M3 E30 normal, le va a costar a tu cartera, al menos, 45.000 euros.
La unidad que fue subastada es un BMW M3 E30 Sport Evolution, una de los 600 que se fabricaron, y fue matriculada en 1990, pintada en Rojo Missano, con un interior de tela en negro con inserciones M-Tech, y cuenta con menos de 40.000 kilómetros en el odómetro. Fue comprada nueva en Italia, aunque pasó la mayoría de su vida en Alemania, antes de irse al otro lado del charco.
La edición Sport Evolution brilla respecto a las otras versiones por lo rara que es, el aumento de cilindrada de su motor con el aumento de potencia correspondiente, y las mejoras estéticas funcionales de su exterior, como el Splitter delantero ajustable, y su alerón trasero, también ajustable.
Esta edición, a diferencia de las demás versiones de 2.3 litros, dispone de un motor S14 de cuatro cilindros de 2.5 litros de cilindrada que desarrolla 238 CV, y está asociada a una caja de cambios Getrag de cinco velocidades de tipo Dogleg (se engrana la primera marcha tirando la palanca hacia abajo).
La sorpresa de este fin de semana fue la abrumadora cantidad por la que se vendió en esta subasta de Bring a Trailer. Fueron 256,556 dólares los que unieron a este M3 con su nuevo dueño, una cantidad estratosférica en un momento en el que esta burbuja de los coches clásicos parecía que se iba desinflando poco a poco, o al menos, ajustándose a unos precios más acordes.
Deja claro que el valor de un coche es lo que alguien esté dispuesto a pagar por él y una subasta como esta, es una buena prueba de ello.
