La electrificación ha llegado para quedarse, eso es una realidad, que más allá de gustos y preferencias personales, se está produciendo. De forma inexorable se avanza hacia un grado de electrificación cada vez más elevado. En otro plano, y en paralelo, se está produciendo un proceso de concentración en grupos empresariales, unos conglomerados cada vez más grandes. Y es en este contexto donde pequeñas compañías, como Alpina, encuentran ciertas dificultades para subsistir. Por suerte, en este caso, refiriéndonos a Alpina, podremos seguir contando con sus preparaciones de BMW, gracias, precisamente, a la propia BMW.
A partir de 2026, Alpina pasará a entrar a formar parte del grupo, en un “equipo” pequeño, pero potente, con Mini y Rolls-Royce junto a BMW, como cabeza visible. No es de extrañar que Alpina haya sido adquirida por BMW, por razones históricas; aunque sí ha resultado sorprendente porque pocos esperaban este movimiento, también en parte por la escasa repercusión que puede tener un preparador exclusivo de una marca concreta, por más que esta sea BMW, sin duda un gigante del sector. Para que nos hagamos una idea aproximada de lo que significa Alpina para BMW, y BMW para Alpina, conozcamos algunos detalles de esta extensa y duradera relación laboral, y casi emocional.
La empresa Alpina Burkard Bovensiepen GmbH fue fundada en 1956, en la localidad alemana de Buchloe, y su primera preparación de BMW fue el BMW 1500 de 1961. Desde este modelo, ha habido muchas modificaciones sobre las bases de iconos de BMW como el 3.0 CSL en 1971, llamado Alpina B7, el M3 en 1996 llamado Alpina M3 B8, el M5 de base E60 de 2008 llamado Alpina B7, el Serie 5 E39 llamado Alpina B10, o el X5M de 2021 llamado Alpina XB7, entre otros muchísimos modelos.
Alpina se encarga tanto de dotarlos de mayor desempeño y prestaciones, lo cual es su labor más conocida, como de darles un mayor toque de lujo y distinción, lo cual es su labor más apreciada. La situación actual, hasta este momento, era que BMW y Alpina eran dos marcas completamente autónomas e independientes, y en estrecha colaboración, sobre la base de un BMW, se producían las modificaciones que Alpina estimaba oportunas, en su propia planta, y otorgando BMW garantía sobre estas ediciones. Poseían, poseen de hecho aún, un acuerdo de colaboración en estos términos que expira el 31 de diciembre de 2025, momento a partir de cual, desde el 1 de enero de 2026, Alpina se integrará en el grupo totalmente.
Aunque no se han revelado detalles sobre la adquisición, dado que aún faltan flecos legales, sí se ha dejado claro en el comunicado oficial que no se adquirirán acciones de la empresa, lo cual, nos hace pensar que en el fondo se trata de una operación para sostener financiera y económicamente a la empresa, pero manteniendo el alto grado de independencia ‒o eso queremos pensar‒ de modo que se sigan produciendo las sinergias tan positivas que se vienen produciendo entre lambas firmas, salvando las enormes distancias en magnitud empresarial.
Las razones que han motivado esta adquisición son las perspectivas de futuro del mercado del motor de combustión, que pierde terreno en favor del motor eléctrico a marchas forzadas y a pasos agigantados. Desde la cúpula directiva y en el mismo comunicado, Alpina ha sido tan clara como estamos siendo nosotros respecto a las razones del movimiento: “La transformación hacia la electromovilidad y el aumento de la reglamentación en todo el mundo -en particular, la legislación sobre emisiones, la validación del software y los requisitos de los sistemas de asistencia y supervisión del conductor- suponen riesgos significativamente mayores para los fabricantes de pequeñas series. La dirección de ALPINA está abordando esta cuestión con un reajuste estratégico que asegurará la viabilidad a largo plazo”.
Resulta paradójico que la adquisición se produzca tras el exitoso 2021, que ha sido el año de mayor ventas de la historia Alpina, alcanzando la cifra de 2000 unidades, el máximo de su capacidad productiva, una cifra que venía rozando en últimos ejercicios. Por eso decíamos que han sido las perspectivas, las circunstancias que presumiblemente, casi con toda certeza, se producirán, y que pasa por aceptar la electrificación y abrazarla para poder seguir siendo rentables, las responsables de la operación.
No obstante todo lo dicho, y aunque el futuro de estas pequeñas casas de preparación está en entredicho, tranquiliza ver que desde las grandes marcas se sigue apostando por su continuidad. Es cierto que BMW cuenta con una división deportiva que suele superar el rendimiento de los propios Alpina, pero la distinción que aporta esta se antoja fundamental para que el mercado siga siendo divertido, para que siga habiendo reductos donde encontrar pureza, para que habiendo magia.
