A finales de la década de los sesenta y principios de los setenta, se vivió una de las eras más recordadas en todo el mundo del Motorsport. Empezando con el legendario duelo entre Ford vs Ferrari que significaría el fin del dominio absoluto de la marca italiana, así como las primeras victorias de Porsche en Le Mans.
En esa época dorada, los pilotos más conocidos eran auténticas súper estrellas en el mismo nivel que los más conocidos actores de Hollywood, por lo tanto, los coches de carreras que ellos mismos conducían absorbían ese status de “accesorio de celebridad” que lo hacía popular para el gran público, parecido al Batmovil de Batman.
Y esta unidad del Porsche 917K en particular no fue menos, de hecho, se convertiría en una de las más importantes, llegando a aparecer como protagonista en la película sobre motor más precisa hasta la fecha, Le Mans, protagonizada por el célebre Steve McQueen.
Pero este Porsche 917K no era un mero actor secundario, sino un posible ganador en las 24 Horas de Le Mans del año anterior, de 1970, pilotado por David Hobbs y Mike Hailwood, llegando a ponerse terceros en la clasificación, antes de que esta traicionera carrera hiciese de las suyas, y el coche sufriese aquaplanning debido a la lluvia, teniendo que abandonar la carrera tras 49 vueltas.
Tras el daño, para JW Automotive sería más rápido cambiar por completo la carrocería, por lo que Porsche reconstruyó la unidad con una carrocería nueva en fábrica, para ser utilizada por Team Shell Heckersbruch que, tras tres temporadas con gran rendimiento, lo retiraría en 1974.
En 2012, este mismo Porsche 917K fue comprada por su actual dueño, que lo quiso restaurar a su especificación original de Le Mans, con el mismo decorado de Gulf utilizado en 1970. Esta restauración la llevo a cabo Paul Lanzante, uno de los restauradores de coches de carreras históricos más prestigiosos de Europa.
Si hay algo que hace todavía más especial al Porsche 917K respecto a muchos de sus competidores, es su motor: Un 12 cilindros atmosférico en posición bóxer (de verdad), de 4,5 litros de cilindrada y refrigerado por aire, que rendía 580 CV y 510 Nm de par motor.
Este sería el primer 12 cilindros de Porsche y una configuración extraña para la competición, pero que permitía que el centro de gravedad del 917K fuese mucho más bajo, aportando más agilidad al paso por curva. ¿Algo más especial aún? Su sonido:
Esta unidad en particular será subastada por RM Sotheby’s en Monterey el 13 y 14 de Agosto, en uno de los eventos del mundo del motor más importantes del año, por lo que si te apetece tener en tu colección uno de los participantes más legendarios de la carrera de Le Mans de hace 51 años, es tu momento.
