Arrancamos este artículo refiriéndonos brevemente a los primeros deportivos de Volvo, un segmento en el que nunca se ha prodigado demasiado, bien sea por posicionamiento en el mercado ‒a lo largo de toda su ya extensa historia‒, bien por volver la cara a productos aspiracionales pero en otros segmentos ‒durante las décadas de 1990 y 2000‒, bien por la presencia de preparadores específicos ‒en la actualidad, con Polestar como protagonista‒.
Volvo PV 444 y Volvo PV 544, los orígenes.
Así, en los años 40 comercializaron el PV, en versiones PV 444 y el PV 544, más conocidos sólo por su denominación numérica, aunque no pueden considerarse los primeros deportivos genuinamente, por su marcado carácter estadounidense. Tanto los diseños como la propia técnica de construcción y la tecnología aplicada bebían directamente de las influencias norteamericanas. Si nos fijamos, es un coche metido en los estándares de la época, pero respecto del mercado norteamericano.
Su diseño es realmente atractivo, con pasos de rueda muy anchos, bien redondeados, con una trasera de corte coupé, rematado de pequeñas luces muy bajas, y una delantera más imponente, con una parrilla que ocupa todo el ancho, y un largo capó que se imponía sobre toda la superficie, emergiendo como una especie de meseta sobre la carrocería, y con un parabrisas dividido, algo muy habitual por aquel entonces. Era, pues, un trabajo que culminó elegante, con evidentes tintes deportivos y claras señas de distinción.
El Volvo PV444 fue presentado en 1943 y comenzó a comercializarse en esa fecha, y montaba un motor de cuatro cilindros en línea, lo que supuso una novedad para Volvo que solía emplear motores de seis, con un cubicaje de 1.4 litros y que desarrollaba 40 CV, con una caja de cambios de tres velocidades. Este motor vio como sus prestaciones aumentaban al ser dotado de 44 CV y de 51 CV más adelante, en 1950 y 1955 respectivamente. Incluso, ese carácter norteamericano se hizo notar en el motor que recibió este mercado, que fue de 1.6 litros desde el inicio en 1956, y se incorporó posteriormente a los modelos europeos en 1957. El caso es que este coche tuvo un éxito relativo, sobre todo teniendo en cuenta que se asentó en el periodo de post-guerra.
Por su parte, el Volvo PV544 vio la luz en 1958, y en esencia era prácticamente igual que el modelo que acabamos de comentar, con algunos matices que vinieron a hacer de él un restyling de los de hoy en día. Destacaban entre estos cambios el parabrisas corrido y unas ópticas traseras mucho más grandes, dando la sensación de haber sido estiradas verticalmente. Sin embargo, el principal cambio y más sustancial es que pasó a ser un coche de cinco plazas en lugar de un 2+2 como era el 444, con las mismas cotas. En el apartado mecánico, sí hubo cambios profundos, pues, aunque comenzó montando los mismos motores que el 444, poco después de su inicio, en 1962, estrenó el motor 1.8 de Volvo, que tenía ya cuatro velocidades.
El 444 y el 544 tuvieron varias versiones que permitieron alargar la vida comercial hasta 1969, sobre todo gracias a la versión ranchera o familiar, el denominado ‘Duett’, que en denominación numérica fue el PV 445, y que conservaba más rasgos del 444 que del 544.